Un pequeño piso en el Soho de NYC con recuerdos de viajes y joyas

Hoy es Halloween y si todo va bien estaré en Budapest, a menos de 3 horas en tren de Viena es una ciudad que nunca había visitado. Como siempre tengo viajes futuros en mente y buenos recuerdos de viajes pasados, hoy os enseño un piso que he elegido por estas razones: 1) Con las noticias del huracán Sandy no he dejado de pensar todo el día en mis amigos en la costa Este de EE. UU., y en especial en Nueva York; 2) En un mes tan viajero como este, me llama especialmente la atención un piso que está decorado por dos "almas viajeras"3) Siempre me resulta interesante ver cómo decora su casa la gente creativa, como estas hermanas gemelas, Elizabeth & Kathryn Fortunato, diseñadoras de joyas en NYC.

Los recuerdos traídos de viajes por todo el mundo, desde India a Guatemala y las joyas que diseñan, así como objetos personales relacionados con su familia o su Wyoming natal, decoran este pisito de dimensiones neoyorquinas. Podéis leer más detalles sobre la decoración en el post de Design Sponge. Está claro que a veces no es el lugar en sí sino lo que hacemos con él lo que importa, y los toques personales "hacen" una casa.

















{Imágenes de Maxwell Tielman y Bernadette Pascua vía Design Sponge}

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La Biblioteca Nacional de Austria

Hoy os voy a enseñar la Biblioteca Nacional de Austria en Viena, situada en el palacio de Hofburg. La biblioteca (como institución) empezó a formarse en la Edad Media, pero la actual ubicación en el palacio de los Habsburgo no fue hasta el s. XVIII.

En particular es interesante la llamada Sala Estatal, que Carlos VI mandó construir para albergar la biblioteca de la corte. Dicha sala es una joya de estilo barroco, con techos abovedados, frescos, mármol, madera de nogal y detalles dorados. Como curiosidad, los frescos de la entrada son de temática militar, mientras que los del ala posterior (por donde entraban el emperador y su corte) tienen representaciones alegóricas del cielo y una temática de paz y tranquilidad.

En la parte central de la biblioteca, en forma de sala ovalada, hay cuatro globos barrocos gigantescos de Vincenzo Coronelli. La Sala Estatal tiene también varias estatuas y bustos de personajes relevantes, como los hermanos Peter y Paul Strudel (artistas de la corte de los Habsburgo). La biblioteca tiene hoy en día unos 200.000 libros de los años 1501 a 1850.

Cuando la visité había en la Sala Estatal una exposición de carteles y material de información turística de Austria desde 1900. Una exposición interesante; podéis ver algunas fotos con más detalle hacia el final del post.

¿Qué os parece esta sala barroca "más imperial imposible"? Impresionante, ¿no?















{Los folletos informativos fueron editados después de la ocupación nazi.}










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Ideas de comida para una fiesta de Halloween

Como nuestra casa es medio anglosajona, reconozco que sí celebramos la fiesta de Halloween con amigos siempre que podemos. Este año nos pilla fuera, pero el otro día me encontré con unas fotos de una fiesta que dimos y recordé lo divertido que fue preparar toda la comida "hallowinesca". Se pueden hacer cosas muy graciosas y sencillas que, junto con la decoración, darán a la fiesta un ambiente Halloween/Día de los Muertos total.

† Salchichas momificadas †


Preparación: Cortar una lámina de hojaldre congelado en tiras finas. Envolver salchichas tipo frankfurt con las tiras, dejando espacio para la cara. Hacer dos agujeros con un cuchillo y poner dos bolitas de pimienta verde. Meter al horno unos minutos hasta que se haga el hojaldre.


† Lápidas con angulas †


Preparación: Con cráckers rectangulares, poner uno de base y partir otro para hacer la "lápida". En la lápida podemos escribir con sirope de vinagre balsámico. Untar la base con queso crema y poner unas "angulas" por encima. Con el queso crema, pegar la lápida encima.


† Fantasmas de patata †


Preparación: Hacer puré de patatas. Una vez enfriado, meter en una manga pastelera y hacer montoncitos. Poner dos bolitas de pimienta verde como si fueran ojos. Meter al horno unos minutos hasta que se doren ligeramente.


† Ponche con mano misteriosa †


Preparación: Para hacer la mano, hay que meter un guante de látex lleno de agua en el congelador. Es importante no llenarlo demasiado y dejarlo en plano para que tome mejor forma. Preparar ponche al gusto (una buena receta puede ser con zumo de arándano rojo, naranja y ron). Meter el ponche en un bol grande. Sacar el guante y cortar el látex con cuidado para extraer el hielo. Es fácil que se rompa algún dedo, pero así queda todavía más macabro.


† Mousse de chocolate con hueso †



Preparación: Preparar los huesos de merengue (se pueden hacer por adelantado). Poner el merengue en una manga pastelera de boquilla ancha redonda y hacer la forma de un hueso sobre papel de hornear. Meter al horno y enfriar. Hacer mousse de chocolate (receta aquí). Cuando el mousse esté listo para servir, poner en un bol y clavar encima un hueso. Para decorar se pueden echar por encima arándanos rojos secos y azúcar glas.


† Dedos sangrientos de chocolate †


Preparación: Cortar una lámina de hojaldre en rectángulos (de manera que podamos rellenarlos y cerrarlos y queden con la forma de un dedo). Poner en el interior trocitos de chocolate negro para cocinar y cerrar por todos los lados. Hacer unos cortes con cuchillo para simular los nudillos. Aplanar la parte delantera y untar con mermelada de fresa. Poner una almendra como si fuera la uña. Meter en el horno hasta que se cueza el hojaldre.


Espero que os hayan gustado estas ideas. 

¡Feliz fin de semana!

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Café Central, Viena

El Café Central es uno de esos lugares famosos de Viena, punto de encuentro de figuras que ahora forman parte de la historia de la ciudad y de la historia que todos hemos estudiado. El café abrió en 1876 y fue a finales del siglo XIX cuando se convirtió en lugar de reunión de personajes literarios y de la política vienesa. El cliente más asiduo era el poeta Peter Altenberg (que ahora tiene una estatua junto a una mesa a la entrada). Pero al Café Central acudían clientes tan variopintos como Sigmund Freud, León Trotski o Adolf Hitler.



El café está situado dentro del precioso Palacio Ferstel, aunque, como muchos edificios de la ciudad, fue dañado durante la Segunda Guerra Mundial y no abrió de nuevo hasta 1975. El País publicó un artículo muy interesante sobre los cafés vieneses, que podéis leer aquí, en el que aprendí que han sido reconocidos como patrimonio de la humanidad por la UNESCO por su papel como centros sociales y de actividad intelectual. Además, el artículo desvela otros datos curiosos, como la razón por la que sirven también platos de comida (por la gran subida de las tasas del café en el s. XIX, con la que los cafés tuvieron que buscar otras fuentes de ingresos) o la idea de ofrecer periódicos a los clientes que surgió en 1720.

Ya os hablé de la gran variedad de cafés que se ofrecen en este post. Muchísimos, y se hace difícil elegir. Pero si no os gusta el café, no dejéis de ir, porque un buen postre vienés tampoco está nada mal. Si el dulce tampoco os va, pues gracias a Napoleón y la subida del precio del café también podéis pedir un plato para comer o cenar (incluso tienen "menú del día" por menos de 10€).



{Esos techos tan impresionantes}

{Café Amadeus, con licor Mozart y nata}

{Apfelstrudel, strudel de manzana}

{Kaiserschmarrn con salsa de ciruelas}

{El emperador y la emperatriz —Franz Josef y Elisabeth— presiden la sala.}


{Detalle de los pastelitos Klimt}

{El pianista estaba en su "coffee break".}

{He ahí los periódicos.}

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